DIASPORA
http://www.youtube.com/watch?v=xn--3msY8lo
Ha sido creado y dirigido por Ong Keng Sen, formado en Nueva York, y que desde 1988 dirige el Theatre Works (Singapur) responsable del espectáculo junto a la Singapure Chinese Orquestra con más de treinta músicos. El espectáculo se caracteriza por su bella y compleja utilización del vídeo mientras que sólo cuatro actores intervienen, efectuando algún movimiento o simplemente posando ante alguna de las pantallas.
Tras una cortina-velo transparente o al descubierto, la orquesta, siempre en el escenario, interpreta música electrónica y música antigua china. Es la protagonista junto con grandes pantallas que narran la historia de la diáspora en el continente asiático. Son cuatro pantallas de vídeo, elevadas, al fondo, que incluyen textos y bellas y expresivas imágenes. Las veintidós escenas proyectadas se basan en la vida del propio Ong Keng Sen y en las entrevistas que efectuó en un viaje por la costa asiática. La pregunta básica era: “¿Qué te gustaría que se hiciera con tus restos mortales?”. Es la búsqueda del lugar al que te sientes pertenecer. La idea, según Ong Keng Sen, es contar historias sobre la migración, reinterpretadas por la distancia de los “media”. Tiene sentido pero las anécdotas y reflexiones son reiterativas y carecen de ritmo teatral. El interés de Diáspora está mucho más al servicio de la tecnología que del teatro.
FAUSTO
http://www.youtube.com/watch?v=bXU78K6XSwg
Lleno de recursos humanos e imaginación. Purcarete decía que en Rumanía no existían los medios para crear espectáculos que requieran tecnología como los de –citaba él– Robert Lepage. Pero afirmaba que lo que sí existe en Rumania es una gran cantidad de elemento humano y de tiempo. De ahí y de la imaginación de Purcarete surge el “Fausto” de Radu Stanca, Teatro Nacional de Sibiu.
Casi cien actores nos arrollan, corren, evolucionan sobre el escenario con un vestuario carcelario y un maquillaje expresionista, formando imágenes que reflejan nuestra sociedad del horror, del vicio y la deshumanización. Es teatro macabro, carnaval orgiástico de sexo y muerte. En el inicio, la maldad se hace patente con la inyección fatal que dan a una niña antes de enterrarla. Un perro negro se convertirá en Mefistófeles. Es la estética del mal, presidida por dos sombras al fondo del escenario que nos recuerdan a María Antonieta y Luis XVI, encarnación del último reducto del poder aristocrático. Los grandes protagonistas son Fausto y Mefistófeles, Gheorghe Ilie y Ofelia Popii, dos enormes actores en una relación de poder amo-criado. Un Fausto pedófilo, clown, matarife, querubín depravado. Un Mefistófeles de mil caras, bello, andrógino, encarnación del mal. Margarita, convertida en siete muchachitas adolescentes será brutalmente violada y profanada por Fausto, un capricho de su lujuria.
Es un espectáculo envolvente y agobiante, de gran fuerza expresiva. Hacia la mitad, el horror llega a su clímax. Actores y público nos trasladamos a otro espacio en el que se desarrollará la orgía: un ritual de horror, fuego, ahorcados, torturas y lujuria. Un ritual demoníaco, una constante música satánica tocada en vivo por cuatro músicos. Vemos arcos de fuego, un ingenio mecánico transporta a varios actores colgados por los pies, evolucionan Fausto y Mefistófeles en un enorme trono. Todo se mueve. Margarita dará a luz y el bebé y ella serán brutalmente asesinados. Es una ceremonia orgiástica que nos recordó al Kubrick de Eyes Wide Shut. Los elementos escenográficos son sencillos pero capaces de sobrecogernos. El mal triunfa y regresamos al espacio del comienzo, momento en que Fausto querrá morir y Mefistófeles tendrá que buscar otro Fausto. Son dos horas de gran teatro, con una distorsión macabra que es denuncia y que, con otra estética, podría compararse a los espejos que Valle Inclán distorsionó para que mejor nos viéramos a nosotros mismos.
Opino que el desarrollo de las nuevas tecnologías se ha extendido a todos los campos de la cultura y el arte. En el caso de la escena teatral, podemos observar una diversidad de experiencias que llevan a que en las producciones se incorpore tecnología como un recurso ya sea lumínico o escenográfico, acercándolo a lo que hoy conocemos como multimedia. Sin embargo nos encontraríamos con que, en el campo teatral los soportes tecnológicos se utilizan tan solo a modo de efectos especiales. Aunque estaba leyendo que actualmente se están desarrollando diversas formas poéticas en las que la tecnología se vuelve personaje e interactúa con los mismos actores, imponiendo su lógica, este podría ser el caso de Diáspora, que aunque no lo he visto en su lugar de origen lo he visto por el increíble y maravilloso you tube y al menos eso es lo que observo, ya me dirán ustedes.
“Podemos estimar que la confrontación cotidiana con los medios de comunicación –del teléfono, pasando por el cine, el vídeo, la fotografía, el ordenador o... la escritura- influye en nuestra manera de percibir y de conceptuar... percibimos también la realidad espectacular de una forma distinta a la de hace veinte, cincuenta o cien años. El impacto de estas mutaciones no es tan fisiológico como neuro-cultural, nuestros hábitos de percepción han cambiado sobre todo porque la manera de producir y de recibir teatro ha evolucionado” [Pavis].
De alguna modo esto lo podemos percibir desde nuestra manera de escribir, investigar, discutir, indagar en el mundo en donde estamos, no es la manera en como lo hacemos sino la manera en como lo fuimos procesando y lo vamos concibiendo, la cual no fue ni será la misma para las futuras generaciones que reciben y procesan toda esta información de distinta manera.
"[Por esta razón] las nuevas tecnologías mediáticas ponen en crisis la noción de puesta en escena, en tanto ya no se puede hablar de un mensaje homogéneo controlado por un sujeto creador que garantiza la coherencia estética, sino más bien de una transformación de la práctica escénica en un montaje, en una práctica significante, que promueve un "encuentro", un diálogo entre distintas subjetividades, distintos soportes y distintos modos de percibir, concebir y construir el mundo" [Pavis]
Las transformaciones tecnológicas, en estos momentos han transfigurado el campo del arte, por tanto del arte teatral, más allá de la incorporación tecnológica lo que se viene produciendo es una transformación a nivel del modo en que un sujeto percibe, concibe y hace el mundo a partir de la palabra y la imagen. Por lo tanto creo que no debemos olvidar los tiempos en que vivimos, por ejemplo; los autos tienen alarmas y ya no andamos sobre caballos, o cuando necesitamos de nuestros ahorros el dinero lo retiramos por medio de un cajero automático y uno no tiene que entrar al banco con un baúl para llevarse los ahorros. O una persona que se despertó de un coma profundo después de casi más de veinticinco años y conoció por primera vez un ¡celular!. De esa forma creo que podremos generar un teatro con el cual las personas y un mundo entero se ¡identifique!
Tecnología y teatralidad esencial se oponen aquí: TEATRO TECNOLÓGICO Diáspora, TEATRO HUMANISTA Fausto. Pero no basta una gran tecnología para hacer un gran espectáculo. Ni es necesaria en un gran espectáculo lleno de creatividad como Fausto.
Me parece muy interesante la noción de la evolución de nuestra percepción, y la reflexión sobre la capacidad de crear espectáculos poéticos y transgresores sin necesidad de medio super tecnológiocos. Tampoco estoy en contra de utilizarlos, sólo me parece importante no olvidar el fin y el medio.
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